Los primeros aumentos de precios afectarán a los alimentos y los combustibles debido al creciente conflicto creado en el Levante por la intención israelí de expulsar de Gaza a los dos millones 300 mil palestinos en una reedición de la expulsión de la población nativa de ciudades hoy conocidas como estado de Israel.
Medios especializados en África coinciden en que la guerra de exterminio de Tel Aviv contra los palestinos en general y los gazatíes en particular intensificó la inseguridad en el mar Rojo, la vía marítima del océano Índico que une a Asia con África y el mar Mediterráneo, vital para esas tres áreas geográficas.
Los disparos de drones y cohetes en apoyo a la población de Gaza de las fuerzas huthi contra los barcos mercantes dirigidos hacia o provenientes de puertos israelíes crea una nueva situación para la cual Washington y el Reino Unido responden con lo que, al parecer, es uno de los dos únicos mecanismos persuasivos que poseen: ataques militares indiscriminados.
Este escenario fuerza a las embarcaciones a buscar rutas alternativas más largas y por ende más caras que el canal de Suez, la vía acuática que conecta los mares Rojo y Mediterráneo cuya administración aumentó las tarifas de tránsito por esa vía entre cinco y 15 por ciento a partir del mes en curso.
Al respecto el Consejo de Negocios de África Oriental (EABC, siglas en inglés) asegura en un reciente pronóstico que el impacto económico en esa región del conflicto en el Medio Oriente será “sustancial”.
Dependemos del Canal de Suez como nuestra ruta más corta y viable (…) los costos del transporte y la logística serán altos y afectarán los precios de los combustibles y de los alimentos importados que ya son altos señala el estudio del EABC.
El tétrico augurio de la agrupación empresarial en modo alguno es gratuito cuenta habida de que el cambio de ruta de los países de la Unión Europea y del mar Negro hacia el Cabo de Buena Esperanza en el sur de África añade entre 10 y 15 días a la travesía y entre seis y ocho dólares por tonelada el aumento del costo de la carga.
Sin embargo, lo peor no son esos datos económicos y geográficos, sino las incógnitas que emanan de la duración del conflicto y de la paciencia mundial con la conducta supremacista y genocida de Israel respecto al pueblo palestino.
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