La fecha tiene significativa trascendencia porque se conmemoran 32 años de la rebelión encabeza por el líder bolivariano, que es reconocida aquí y en toda la patria venezolana como el Día de la Dignidad Nacional.
Este año la celebración tiene particular importancia porque coincide con el arribo y concentración en Caracas de miles de personas de todos los estados del país, en lo que se conoce como “Furia Bolivariana”, que luego irán hasta el Palacio de Miraflores, sede del Gobierno.
El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, señaló que la celebración es muy importante porque ocurre en el contexto de estar “acosados por el imperialismo”.
Subrayó que las marchas tienen un “profundo carácter antiimperialista”, contra las sanciones, ataques y los que “se han creído dueños de este país”.
El dirigente político aseguró que “ningún país del mundo, ningún pueblo del mundo, ninguna Fuerza Armada del mundo resistió lo que ha resistido este pueblo, este país y esta Fuerza Armada”.
Cabello manifestó que se hizo por “una sencilla razón: nos hemos mantenido unidos, total y absolutamente unidos, y lo han intentado, le han dado la vuelta y no han podido”.
Esa es la mayor fortaleza de esta Revolución, la unidad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la unidad de nuestro pueblo, es la mayor fortaleza, remarcó.
Afirmó que 32 años después de la gesta del 4 de febrero de 1992 “podemos decir que cumplimos la misión encomendada, no tengo ninguna duda de eso”, enfatizó.
Podemos decir que cumplimos la misión encomendada, “logramos subvertir el proyecto neoliberal que trataban de imponer, una rebelión de la juventud”, acotó.
El también jefe de la bancada oficialista en la Asamblea Nacional aseveró que de aquel acontecimiento de trascendencia histórica derivó la unión cívica militar como “principal fortaleza” de un proyecto político que es una Revolución y una realidad.
Al intervenir, el mayor general Jorge Luis Durán manifestó que el comandante Chávez «dejó un legado de lucha y resistencia” que todavía sigue vigente en Venezuela y América Latina porque “sembró conciencia y despertó la esperanza”.
Sintámonos orgullosos, afirmó, de haber prestado junto a Chávez aquel juramento que Simón Bolívar lanzó en el Monte Sacro, Roma, Italia, cuando con 22 años juró luchar por la libertad.
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