De acuerdo con la investigación, las personas que experimentan alteraciones del descanso nocturno entre esas edades podrían tener más probabilidades de enfrentar problemas de memoria y pensamiento una década después, aunque no concluye que la calidad del sueño cause directamente un declive cognitivo, sino que muestra una asociación entre ambos.
El autor del estudio, Yue Leng, doctor en Filosofía de la Universidad de California en San Francisco, enfatiza la importancia de la calidad del sueño sobre la cantidad para la salud cognitiva en la mediana edad.
Esta conexión es crucial para entender el papel de los problemas de insomnio como factor de riesgo para enfermedades como el Alzheimer, apuntó.
Los investigadores evaluaron la duración y calidad del sueño en 526 personas durante 11 años, quienes llevaron un monitor de actividad en la muñeca durante tres días consecutivos en dos ocasiones, aproximadamente con un año de diferencia.
Además, completaron un diario de sueño y una encuesta de su calidad, donde puntuaciones más altas indicaban peor calidad del sueño. Un 46 por ciento de los participantes reportó un sueño de mala eficacia.
Junto con las pruebas de memoria y pensamiento, los especialistas examinaron el desvelo, que mide interrupciones cortas y repetitivas, con lo cual encontraron que quienes presentaron más perturbaciones tenían más del doble de probabilidades de un rendimiento cognitivo deficiente una década después.
Leng señaló la necesidad de más investigaciones para evaluar la conexión entre las alteraciones del sueño y la cognición en diferentes etapas de la vida, lo que podría abrir nuevas oportunidades para la prevención del Alzheimer en el futuro.