La votación de esta noche fue de 214-213. Ya habían amenazado los promotores de la medida en volver al pleno, obsesionados con castigar a la administración de Joe Biden por el presunto mal manejo de la frontera sur.
El asunto pasará al Senado, donde casi con seguridad lo absolverán teniendo en cuenta de que, a diferencia de la Cámara Baja, en ese hemiciclo los demócratas controlan.
Para que funcione el impeachment (juicio político) se necesitarían dos tercios, o 67 senadores, para condenar y destituir al secretario.
Si bien todos los republicanos de la Cámara de Representantes, excepto unos pocos, se unieron detrás de la iniciativa de juicio político, varios senadores republicanos ya echaron un jarro de agua fría al esfuerzo.
El legislador Kevin Cramer (Dakota del Norte), quien es, por cierto, aliado del expresidente Donald Trump, calificó esto de “obviamente muerto al llegar” y “el peor y más tonto ejercicio y uso del tiempo”.
De momento la Cámara Alta está fuera de sesiones y lo más pronto que abordaría el tema del impeachment sería después del retorno a Washington de los senadores, el próximo 26 de febrero.
Un trío de republicanos cautelosos con el impeachment: Ken Buck de Colorado, Tom McClintock de California y Mike Gallagher de Wisconsin, se unieron a todos los demócratas hundiendo en ese momento el voto y asestando un golpe al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
El mismo trío mantuvo su posición la noche de este martes, pero el resultado fue diferente en esta ocasión, porque hubo otro voto: el del líder de la mayoría Steve Scalise, que se reincorporó tras someterse a un tratamiento por cáncer de sangre.
Si el candidato demócrata, el exrepresentante Tom Suozzi, derrota a la republicana Mazi Pilip en la lucha por la vacante que dejó el expulsado congresista de Nueva York George Santos, los conservadores la tendrían muy difícil porque solo podrían perder dos votos en cualquier sufragio.
La votación se produce tras el fracaso de un inusual acuerdo bipartidista en el Senado que habría impuesto políticas fronterizas y de asilo más estrictas.
Pero Trump y Johnson expresaron abiertamente su oposición al acuerdo, diciendo que no iba lo suficientemente lejos para detener la inmigración ilegal.
Desde 1876 ningún secretario del ejecutivo enfrentó cargos de juicio político y es la primera vez que uno en funciones pasa por semejante procedimiento, porque hace 148 años el entonces titular de Guerra, William Belknap, renunció poco antes de la votación.
El tema de la frontera y la migración están en el centro de la camapaña electoral camino a los comicios generales del 5 de noviembre.
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