Después de leer los originales presentados a este certamen, el jurado de Novela, integrado por los escritores Emmanuel Tornés, Lourdes González y Ernesto Pérez, decidió por unanimidad concederle el lauro a Cielo raso, del narrador Lázaro Zamora Jo.
El tribunal consideró que la obra alcanza una sostenida calidad en su lenguaje e historia, expresión esta última de conflictos concernientes no solo a la realidad cubana actual, sino también universal, como son la emigración, el amor y el desamor.
Mientras, el jurado en el apartado de Cuento decidió de manera unánime conceder el lauro a Reo de cuaresma, del escritor Rafael de Águila Borges, y una mención al libro Las dos mitades del escriba, del escritor Miguel Terry Valdespino.
El tribunal, integrado por los escritores Alberto Marrero en calidad de presidente, Dazra Novak y Emerio Medina, reconoció en el acta la variedad y calidad de los trabajos presentados, y sobre Reo de cuaresma añadió:
«Es una obra que resulta sui géneris en el contexto de la narrativa cubana contemporánea a partir del muy original entramado que emana desde lo estructural, lo temático y muy especialmente lo lingüístico y estilístico, todo ello tocado con un estilo muy personal e inusual, donde lo barroco y lo posmoderno se entreveran y devienen fiesta idiomática».
Las dos mitades del escriba, señala el acta, fue presentado bajo el seudónimo Espartaco y se trata de una excelente colección de relatos que abordan la contemporaneidad con la mirada aguda de un narrador eficiente.
Por su parte, el comité en la categoría de Ensayo, conformado por Rafael de Águila (presidente), Caridad Atencio y Víctor Fowler, determinó por mayoría premiar a la obra El cuerpo audiovisual de la nación cubana, del escritor Juan Antonio García Borrero.
En su opinión, resulta una propuesta documentada, novedosa y necesaria, con adecuada contextualización del fenómeno audiovisual cubano, abordado desde el marco historiográfico de la cinematografía internacional y un apropiado empleo de la intertextualidad y fundamentación teórica.
Reveladores resultan las referencias Nicolás Guillén Landrián y Tomás Gutiérrez Alea, al dejar al descubierto dinámicas y tensiones del pensamiento estético cubano y latinoamericano del momento, en abordaje contextual en el que estas figuras pugnan en mitad de un periodo histórico, politológico e ideológico nacional en extremo complejo, por defender postulados que identifican como lo más identitario, ético y novedoso del momento, refiere el jurado.
De igual forma, consideran que la obra se suma a lo expuesto hasta hoy acerca de lo acaecido en las décadas 60 y 70 del siglo XX en Cuba, y muy especialmente al denominado quinquenio gris, bosquejando parte de la historia cultural cubana de los últimos 50 años.
La gala de premiación tuvo lugar en la Sala Nicolás Guillén de la fortaleza de San Carlos de la Cabaña, sede de la edición 32 de la Feria Internacional del Libro, que concluye el próximo día 25.
npg/amr
