Así lo consideran algunos grupos afines en momentos en que la incertidumbre ronda los comicios del venidero 5 de noviembre y el tema de la participación en las urnas será clave.
Por eso hay organizaciones que alertan sobre la necesidad de prestar mayor atención a esa parte de la población en edad de ejercer ese derecho.
La Campaña de los Pobres lanzó una operación de 40 semanas para catalizar el poder de los votantes pobres a lo largo y ancho del país.
Unos siete mil voluntarios buscarán la movilización de 15 millones de votantes “poco frecuentes” previo a las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre.
Según publicaciones recientes, los primeros grandes eventos coordinados para registrar electores tendrán lugar el 2 de marzo frente a 30 legislaturas estatales.
La Campaña de los Pobres advirtió si esa gran fuerza acudiera a las urnas al mismo ritmo que los de mayores ingresos, podrían influir en las elecciones en todos los estados.
Pero la mayoría de las campañas electorales (y de los candidatos) todavía ignoran a este parte de nuestra sociedad, subrayó un artículo publicado en el sitio digital de la organización Truthout.
“La opinión generalizada, que no es muy sensata, es que a los pobres no les importa votar”, advirtió Shailly Gupta Barnes, directora de políticas de la Campaña de los Pobres al insistir que “eso simplemente no es cierto».
Para el copresidente de la Campaña, el obispo William J.Barber II, las cruzadas políticas en tiempo electoral no le hablan a esas personas ni abordan sus problemas.
“En nuestros ciclos electorales a veces tenemos 15 o 20 debates para presidente. En 2020, ninguno de ellos, ni siquiera 15 minutos, se dedicó a plantear preguntas sobre cómo las políticas de ese partido o político en particular impactarían a las personas pobres y de bajos ingresos”, enfatizó.
“Durante demasiado tiempo los extremistas han culpado a los pobres y a las personas con salarios bajos por la difícil situación en la que se encuentran, mientras que los moderados con demasiada frecuencia han ignorado a los pobres, apelando en su lugar a la llamada clase media”, acotó el obispo el pasado 6 de febrero al presentar la iniciativa.
Opinó que ahora ellos han pasado a representar casi la mitad de este país, dejando claro que ellos tendrán “el poder de determinar y decidir las elecciones de 2024 y las posteriores”.
Citada por el sitio web, la encuestadora Celinda Lake señaló que a veces un pequeño aumento en la participación podría determinar el resultado en un estado.
Dijo que, en Arizona, el 40 por ciento de los votantes tienen salarios bajos, y en 2020 el margen de victoria fue de solo el 0,03 por ciento. «Habría que ser tonto para no entender esto», enfatizó.
La Campaña de los Pobres y el Instituto de Estudios Políticos determinaron que en los 50 estados existen problemas entrelazados que afectan a la población menos favorecida como el racismo sistémico y la devastación, entre otros.
Esta iniciativa tiene su base en la Campaña de los Pobres lanzada en 1967 por Martin Luther King Jr., y luego la Marcha de los Pobres en Washington, el 19 de junio de 1968, con el objetivo de lograr justicia económica para esas capas sociales en los Estados Unidos.
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