Un jurado en un juicio de una demanda civil presentada por la Oficina de la Fiscal General de Nueva York contra la NRA concluyó que la organización administró mal sus recursos.
La entidad no logró impedir que sus altos ejecutivos, incluido el veterano líder Wayne LaPierre, utilizaran el dinero en asuntos cuestionables.
“Wayne LaPierre y un alto ejecutivo de la NRA deben pagar 6,35 millones de dólares por abusar del sistema y violar nuestras leyes”, subrayó la fiscal general de Nueva York, Letitia James, en una publicación en X.
Dijo que “en una gran victoria, mi oficina ganó nuestro caso contra la NRA y sus altos dirigentes por años de corrupción y avaricia”.
La sentencia determinó el viernes que LaPierre tendrá que reembolsar al grupo 4.3 millones de dólares en daños y perjuicios por mala gestión y malgasto de fondos caritativos.
El panel también encontró que el exdirector financiero de la NRA Wilson Phillips tendrá que devolver dos millones de dólares por incumplimiento de sus deberes fiduciarios como ejecutivo.
Esta decisión es el último golpe contra el otrora impenetrable gigante del lobby, que se ha visto debilitado en los últimos años por luchas internas, acusaciones de corrupción y mala gestión, y la caída en picada de su membresía, reseñaron medios de prensa.
“Un veredicto del jurado en un juicio de alto perfil en Nueva York confirma lo que la Asociación Nacional del Rifle sostuvo todo el tiempo: que fue víctima de ciertos antiguos proveedores y ‘personas internas’ que abusaron de la confianza depositada en ellos”, expresó la NRA en un comunicado.
Donald Trump prometió a la NRA que, con él “en 1600 Pennsylvania Avenue, nadie pondrá un dedo sobre sus armas de fuego, tal como ocurrió durante cuatro años cuando yo era su presidente”.
Trump, señalado como un miembro destacado de la NRA, adelantó que si es elegido en noviembre adoptará protecciones más fuertes para los derechos de la Segunda Enmienda, que permite por la Constitución a los estadounidenses portar un arma de fuego.
Fundada en 1871, con el paso del tiempo el grupo adquirió mayor prominencia en la vida política de Estados Unidos. En 1934 promovió la aprobación de la Ley Nacional de Armas de Fuego y luego, en 1968, logró una nueva regulación del mismo tipo que facilitaba el acceso a estos medios letales.
Una investigación de 2017 del Pew Research Center, con sede en esta capital, arrojó que cerca de 19 millones de personas admiten ser miembros de la asociación, aunque no militen de forma activa.
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