La decisión final está en manos del gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, quien decidirá si indulta a Floyd, quien con su muerte se convirtió en símbolo de la lucha contra la brutalidad policial y el racismo sistémico en Estados Unidos.
La petición para el perdón fue presentada en abril por la familia de la víctima, que residía en esa época en Houston, Texas, y fue arrestada por vender drogas hace 17 años.
En aquel momento Floyd se declaró culpable del cargo y fue sentenciado a 10 meses de cárcel, pero ahora los casos del oficial que lo capturó están bajo escrutinio y la defensora pública Allison Mathis afirmó que el agente fabricó las pruebas.
Lamentamos la pérdida y esperamos que su familia encuentre consuelo en la decisión de la Junta, expresó el Fiscal de Distrito del Condado de Harris, Kim Ogg.
En mayo del año pasado, en la ciudad de Mineápolis, Minnesota, el policía Derek Chauvin se arrodilló sobre su cuello durante varios minutos a pesar de que el hombre le dijo varias veces que no podía respirar.
Transeúntes grabaron el incidente y el video provocó una gran conmoción dentro y fuera del país, donde miles de personas salieron a las calles para reclamar justicia y alertar sobre el problema racial en la sociedad estadounidense.
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