Bolsonaro puede programar dentro de ese tiempo el día y la hora para ser interrogado sobre la denuncia del exministro de Justicia Sérgio Moro.
La investigación se abrió en abril de 2020 después que Moro dejó el cargo y acusó al mandatario de intentar interferir políticamente en la autonomía de la PF, al solicitar informes de inteligencia y canjes en el mando de la corporación.
Según el exmagistrado, Bolsonaro procuró obstaculizar indagaciones policiales, al exigir el cambio del jefe del cuerpo del orden de Río de Janeiro y destituir al entonces director general Maurício Valeixo.
Tales presiones del presidente, según la denuncia, fueron para proteger a dos de sus hijos, el senador Flavio y el concejal Carlos Bolsonaro, investigados por ese organismo ante presuntos actos de corrupción.
El exmilitar niega haber pretendido obstruir el trabajo policial y alega que solo intentó intercambiar personas ‘de nuestra seguridad en Río de Janeiro y oficialmente no lo logré’.
La decisión de este jueves De Moraes fue tomada después que la Abogacía General del Sindicato (AGU) informó ayer al Supremo que el excapitán del Ejército admitió declarar en persona ante la PF.
Previamente la AGU argumentó que el testimonio debía ser por escrito, postura no aceptada por el ponente original del caso, el ministro Celso de Mello, quien se retiró el año pasado.
De Mello entendió que el jefe de Estado solo tiene la prerrogativa de declarar por escrito cuando comparece como testigo en una pesquisa. En este caso Bolsonaro es el investigado.
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