Según la televisora CNN Brasil, que recibió los datos de la CNM, el 64 por ciento de esas urbes pretende continuar con la medida sanitaria, incluso con todos sus residentes inoculados contra el patógeno.
De acuerdo con la encuesta, solo el uno por ciento de las localidades tiene intención de exonerar inmediatamente el uso de tapabocas en lugares abiertos y cerrados.
En tal sentido aparece la ciudad de Duque de Caxias, ubicada en Río de Janeiro, que publicó un decreto el 5 de octubre en el que elimina la utilización de protección facial en el municipio.
Otro uno por ciento de los distritos pretende liberar el uso de máscaras solo en zonas abiertas.
El epidemiólogo de la Universidad Federal Fluminense Marcio Watanabe comunicó a la emisora televisiva que desechar la protección fisionómica solo debe hacerse tras la aplicación de la tercera dosis en todos los ancianos y con un porcentaje de vacunación completa superior al 80 por ciento.
Para Watanabe, lo ideal para liberar la mascarilla sería ‘esperar a un porcentaje mayor, sobre todo teniendo en cuenta que todavía se debe avanzar un poco más en la vacunación’ en Brasil que acumula hasta la fecha por el virus 599 mil 810 vidas perdidas y 21 millones 532 mil 558 infectados.
Alertó que ‘la medida parece precipitada. Otra cuestión es que la mayoría de las muertes han sido de personas mayores, muchas de ellas vacunadas. Por lo tanto, la espera de la dosis de refuerzo en los ancianos sería fundamental’, remarcó.
CNN apuntó además que en tres capitales brasileñas se rumora sobre la suspensió del uso obligatorio de las protecciones faciales en lugares abiertos: Río, Sao Paulo y Florianópolis.
Río proyecta flexibilizar el uso de mascarillas en territorios abiertos y sin aglomeraciones, cuando el 65 por ciento de la población carioca y el 80 de la adulta tenga el esquema completo de vacunación.
El ayuntamiento vaticinó que esto debería ocurrir el 15 de octubre. Actualmente, la cobertura es del 57,7 por ciento y 73,8, respectivamente.
Sao Paulo estudia la posibilidad de suspender el uso obligatorio de mascarillas en zonas exteriores, pero solo cuando el 90 por ciento de los adultos complete el programa de inmunización y el ciento por ciento de los ancianos haya recibido una dosis de refuerzo.
Florianópolis, por su parte, debería dejar de exigir nasobucos en los espacios públicos abiertos, cuando el 80 por ciento de sus residentes tenga el plan cumplido de vacunación.
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