Un análisis de esa entidad demostró cómo el Fondo Monetario Internacional y los bancos multilaterales de desarrollo pueden triplicar los flujos externos relacionados con la ayuda oficial al desarrollo para los países con menos recursos en los próximos años y así combatir la creciente disparidad frente a los más ricos.
Asimismo, consideró que esos fondos facilitarían también hacer frente a uno de los mayores y más inmediatos obstáculos para la consecución de los objetivos del Acuerdo de París: la quema de carbón.
El documento sostiene que todas las naciones tienen interés en acelerar la aplicación de estrategias acordadas a nivel global para el enfrentamiento a la actual crisis, entre ellas, la iniciativa Covax de la Organización Mundial de la Salud, un mecanismo de colaboración para un acceso equitativo a las vacunas contra la Covid-19.
También el Llamamiento Mundial a la Acción de la OIT para una Recuperación Centrada en las personas tras la pandemia, y la Agenda 2030, que incluye el Acuerdo Climático de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La OIT propuso entre las acciones para el logro de esos propósitos financiar íntegra y rápidamente la Iniciativa Covax, aliviar y reestructurar la deuda, invertir en los niveles mínimos de protección social y las infraestructuras e industrias sostenibles, ricas en empleo y relacionadas con los ODS.
También sugirió destinar fondos a un esfuerzo global para evitar el bloqueo de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la energía generada a partir del carbón, que representa el aspecto más importante de la acción climática y la transición justa requerida para alcanzar lo acodado en París en 2015.
El director de Investigciones de la OIT, Richard Samans, significó que la utilización más completa de las instituciones financieras permitirá al mundo pasar de un progreso continuo y paulatino a uno verdaderamente transformador para combatir los efectos de la Covid-19 y del cambio climático.
Dicha meta será posible sin depender de grandes aumentos en los presupuestos de ayuda exterior bilateral.
También aumentaría los flujos externos para la Ayuda Oficial destinada al Desarrollo en los próximos siete años en dos billones (millón de millones) de dólares para los 82 países más pobres, el equivalente a alrededor del cuatro por ciento de su Producto Interno Bruto.
ga/crc