En declaraciones al medio audiovisual el vocero del ejecutivo Sakhr Dodin explicó que la dimisión obedece al requisito constitucional de someter la próxima alineación gubernamental al rey Abdala II.
La renuncia en pleno, dijo, evita la vergüenza de quienes se irán.
Desde octubre de 2020, el equipo de Al-Khasawneh asumió el cargo, en sustitución del dirigido por Omar Razzaz.
Se trata de la cuarta reestructuración de gobierno en un año.
El monarca nombró a Al-Khasawneh con el objetivo de restaurar la confianza ciudadana ante una crisis de credibilidad en los funcionarios, a los cuales la percepción popular acusa de corruptos y mala gobernanza.
Ante lo que consideran mal manejo de la pandemia de la Covid-19 y las promesas incumplidas de prosperidad y bienestar, la ira es evidente en los jordanos que con frecuencia realizan protestas masivas.
A Al-Khasawneh lo elogiaron los directivos del Fondo Monetario Internacional por su manejo de la economía durante la crisis y logró un préstamo de 1,3 mil millones de dólares de la institución prestamista.
Empero, las cifras dicen otra cosa, en tanto que el producto interno bruto registró su mayor contracción en décadas, a causa de las medidas de aislamiento, el cierre de fronteras y la fuerte caída del turismo, uno de los sectores clave.
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