De acuerdo con un comunicado de este colectivo, la determinación responde al proceso bolivariano del país hermano, al clamor de empresarios y grandes comerciantes e importadores de los departamentos de Norte de Santander y Santander por reactivar la economía fronteriza colombiana, que funcionaba y funciona con base en las grandes importaciones venezolanas.
Alertó que estas buenas noticias ‘se ven empañadas por el oportunismo de siempre de la injerencia golpista y mercenaria del gobierno desastroso para la integración regional y. sobre todo para Colombia, de Iván Duque’.
Advirtió que el ejecutivo colombiano ‘con total cinismo ahora pretende poner condiciones y volver al esquema anterior de corrupción en la frontera, pidiendo para ello circulación indiscriminada de personas y mercancías’.
Recalcó que, tarde o temprano, la administración de Duque tendrá que reconocer al Gobierno legítimo del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, como lo hacen la Unión Europea y Estados Unidos.
‘Las fronteras deben dinamizarse para el desarrollo de ambos pueblos, y jamás deben usarse como instrumento de chantaje, de injerencismo, de imposiciones ideológicas y mucho menos para instalar bases militares extranjeras, sacrificando con estas prácticas bucaneras a millones de personas que las habitan’, enfatizó.
Subrayó que la política de fronteras debe reverenciar los tratados internacionales de buenos vecinos, a pesar de las notables diferencias que puedan existir entre formas de gobierno, pues es la vida la que al vivir en paz se enaltece y preserva.
‘Por eso saludamos esta iniciativa del gobierno venezolano y, a la vez, denunciamos, con dolor de patria, que los gobiernos Uribe-Santos-Duque, con actitud belicista y lacaya hayan tocado timbres de guerra con el sólo propósito de imponer intereses imperialistas de terceros países’, resaltó.
Desde 2019 los puentes de Cúcuta permanecían cerrados ante la intentona golpista de la oposición venezolana en compadrazgo con la derecha regional, encabezada por Juan Guaidó, autoproclamado presidente cuyo supuesto mandato prácticamente nadie reconoce.
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