De acuerdo con el artículo, las pistas descubiertas en sedimentos fosilizados de una playa al oeste de la isla de Creta tienen al menos seis millones de años, lo cual las convierte en la evidencia más longeva de un pie de ancestro humano empleado para caminar.
‘Las huellas de Creta son casi 2,5 millones de años más antiguas que las atribuidas al Australopithecus afarensis (conocido como Lucy) de Laetoli en Tanzania ‘, resaltó Uwe Kirscher, autor principal del estudio.
Los investigadores pudieron realizar su estimación a partir de métodos geofísicos y micropaleontológicos, y tal datación arrojó luces sobre la etapa inicial de la evolución del desplazamiento humano.
‘El pie más antiguo utilizado para caminar erguido tenía una base de pulgar, con un dedo gordo paralelo fuerte y dedos laterales sucesivamente más cortos, y tenía una suela más corta que el Australopithecus. El arco aún no estaba pronunciado y el talón era más estrecho’, detalló Per Ahlberg coautor del estudio.
Las investigaciones realizadas también permiten pensar que una desertificación de corto plazo y la distribución geográfica de los primeros predecesores humanos podrían estar más relacionadas de lo pensado.
Según el documento publicado, hace más de seis millones de años en Mesopotamia hubo una degradación de la tierra que pudo iniciar una migración hacia África de mamíferos europeos, posiblemente con simios.
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