Los futuros del crudo Brent bajaron 53 centavos a 84,33 dólares el barril, después de tocar los 86,04 dólares, un máximo desde octubre de 2018, mientras el West Texas Intermediate subió 16 centavos a 82,44 dólares el barril, tras llegar a 83,87 dólares, un pico tocado en octubre de 2014.
La producción de las fábricas de Estados Unidos sufrió su mayor declive en siete meses, porque la escasez mundial de semiconductores redujo la producción de vehículos, lo que muestra, una vez más, que las limitaciones de la oferta están dificultando el crecimiento económico.
El alza en la apertura de la jornada estuvo motivada porque los participantes en el mercado esperaban el avance en el control de la Covid-19, menos restricciones y un invierno más frío en el hemisferio norte impulsaran los pedidos de crudo.
Las cotizaciones del petróleo también bajaron por las expectativas de más producción en las cuencas de esquisto en Estados Unidos, lo que pesó aún más en el precio.
Analistas plantearon que el déficit del mercado del petróleo parece que va a empeorar, ya que la escasez de energía se intensificará pues el tiempo en el norte ya es más frío.
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