La reaparición pública del exmandatario se produjo en el vecino municipio de Bayamón, un bastión del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP), donde apenas concurrió alrededor de un centenar de sus parciales y ningún dirigente importante.
El político de 42 años, que en agosto de 2017 tuvo que marcharse luego de 14 días de multitudinarias manifestaciones que paralizaron el país, aprovechó que la Cámara de Representantes de Puerto Rico, se proponía interpelarlo sobre su desempeño en los pasados tres meses como cabildero electo por la anexión.
Luego de críticas de diversos sectores, el presidente de los diputados, Rafael Hernández Montañez, ordenó a la Comisión de Asuntos Federales y del Veterano cancelar la audiencia pública con los llamados ‘cabilderos de la estadidad’.
La determinación se tomó el miércoles, por lo que Rosselló Nevares siguió adelante con su regreso desde Estados Unidos, donde ha residido desde su expulsión de la gobernación de Puerto Rico.
Originalmente, su participación en la audiencia, a la que fueron citados otros cinco cabilderos electos, la haría por videoconferencia, mas el presidente de la Comisión de Asuntos Federales, Kebin Maldonado, dijo que debía ser presencial.
Los denominados ‘legisladores a la sombra’, con excepción del exmandatario, reciben un salario de 90 mil dólares anuales, más 30 mil en gastos, aunque su función es a favor del anexionista PNP.
‘No guardo rencor en mi corazón por sus acciones’, dijo, ‘solamente lamento que no tengan el coraje, la gallardía y la valentía para permitir que lo que se discuta en la Cámara de Representantes se haga como lo habían citado’.
Rosselló Nevares, acompañado de su esposa Beatriz Isabel Areizaga, aseguró que ha sido víctima de ataques de la oposición, sin precisar detalles.
El pueblo repudió al político, que nunca tuvo un trabajo formal hasta su elección a la gobernación de Puerto Rico, tras conocerse un chat de Telegram, en el cual realizaba comentarios racistas, sexistas y homofóbicos junto a sus círculo de asesores.
Ahora, reclamó, no se intenta acallarlo, sino al movimiento anexionista y a sus seguidores.
Anunció que se propone organizar a los 5,3 millones de puertorriqueños que radican en Estados Unidos para convertirlos en agentes catalizadores de la conversión de Puerto Rico en el estado 51 de la nación norteña.
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