Según un comunicado de ese despacho, el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, hizo el planteamiento al viceprimer ministro del país vecino, Mullah Baradar, durante sus conversaciones en Qatar hace unas horas.
Wang recomendó a dicha organización promover la unidad entre todos los grupos étnicos y fracciones afganas, adoptar una política amigable con el resto de la zona y construir un Estado moderno que satisfaga las necesidades de su población.
Recordó que esa nación ahora enfrenta desafíos como la crisis humanitaria, caos económico, amenazas terroristas y dificultades a nivel gubernamental, pero al mismo tiempo tiene la oportunidad de lograr la reconciliación y convertirse en dueña de su propio destino.
El canciller chino remarcó que Beijing respeta la soberanía, independencia e integridad territorial de Afganistán, apoya el derecho del pueblo a escoger su propio camino de desarrollo y está dispuesta a brindar asistencia durante la reconstrucción.
No obstante, urgió a Estados Unidos y a otras potencias de Occidente a levantar las sanciones y relacionarse con el Talibán de manera racional y pragmática para ayudar al país a conseguir el progreso.
Igualmente, insistió a ese movimiento en honrar su promesa de romper vínculos con cualquier organización terrorista, combatir al Movimiento Islámico del Turkestán Oriental y solucionar los problemas que obstaculizan el mantenimiento de la paz regional y la cooperación.
A raíz de la entrada del Talibán a Kabul en agosto pasado, China dijo que ‘continuará apostando por relaciones de buena vecindad, de cooperación y amistad’ con Afganistán.
Asimismo, reiteró la no injerencia en asuntos internos y aseguró que desea apoyar con la promoción de una salida política a los problemas existentes tras 20 años de ocupación militar.
Sus empresas presentes allí se preparan para ampliar las inversiones una vez que comience la reconstrucción, en tanto el Gobierno prometió la entrega de fondos para ese proceso e incluso ya envió parte de la ayuda.
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