La cancillería egipcia criticó el anuncio de las autoridades israelíes y advirtió que el nuevo plan es un golpe más contra la creación de un futuro Estado palestino con Jerusalén oriental como capital.
Un comunicado de esa cartera destacó que los asentamientos judíos en la margen occidental son ilegales de acuerdo con las leyes internacionales y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
En similares términos se pronunció el ministerio de Relaciones Exteriores jordano, que condenó de forma enérgica la decisión del vecino país.
‘Esta es una política ilegal que socava los esfuerzos por lograr una solución de dos estados y cualquier paso hacia la paz’, afirmó.
También la Liga Árabe denunció el nuevo programa expansionista, que calificó de crimen contra los palestinos.
Estos planes tienen como objetivo judaizar los territorios palestinos ocupados, incluida Jerusalén, para enterrar cualquier esperanza o posibilidad a una solución justa del conflicto, advirtió.
Ante esa situación, llamó a la comunidad internacional a presionar a Israel y asumir sus responsabilidades.
El enviado de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, expresó también su gran preocupación por la decisión del Gobierno de Tel Aviv.
Las colonias ‘son ilegales según el derecho internacional y un gran obstáculo para la paz’, aseguró en un comunicado.
Mientras, la Unión Europea reclamó detener el proyecto y advirtió que no reconocerá ningún cambio de las fronteras de facto establecidas antes de 1967, cuando tras una guerra victoriosa Israel se anexó la franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén este.
Según la organización no gubernamental israelí Paz Ahora, fundada por exmilitares, en esos dos últimos territorios viven más de 665 mil colonos judíos, repartidos en 145 asentamientos y 140 puestos de avanzada para futuras colonias.
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