La Covid-19 puso de relieve la cruda realidad de las grandes y crecientes desigualdades en todo el mundo en el acceso a la atención médica y los productos sanitarios, advirtieron los especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por cada 100 personas en países de altos ingresos se administraron 133 dosis de la vacuna contra la enfermedad, mientras solo cuatro por cada 100 en aquellos de bajos ingresos, ejemplificaron, reunidos en el Consejo de Economía de la Salud para Todos de la entidad.
Sin embargo, hasta la fecha el planeta continúa siguiendo el mismo paradigma económico que no cambia la estructura financiera subyacente y aplica un pensamiento obsoleto sobre el desarrollo económico, aseveraron.
‘Si bien los sistemas de salud carecen de recursos suficientes, más financiación no es la única solución’, señaló la profesora Mariana Mazzucato, presidenta del Consejo.
Nuestro trabajo enfatizó la necesidad de reformar y reorientar las finanzas de manera radical para que el objetivo de salud para todos se diseñe en las estructuras financieras, las condicionalidades y las alianzas entre las empresas y el Estado, remarcó.
Un nuevo informe sobre financiamiento de la salud para todos exigió ahora, más que nunca, metas claras y ambiciosas para movilizar y enfocar las inversiones hacia el sector.
El documento consideró que se debe perseguir un nuevo paradigma que evite las políticas macroeconómicas y los supuestos que alejan a la comunidad internacional de la salud para todos.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, constituyó en noviembre de 2020 este Consejo con la misión principal de repensar cómo se mide, produce y distribuye el valor en salud y bienestar en la economía.
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