En el contexto de la novena semana internacional de la prevención del envenenamiento por esa sustancia tóxica, la entidad precisó, a través de gráficos y vídeos, que ningún grado de exposición a esta es seguro.
La fabricación y venta de pintura con plomo sigue permitida en más del 55 por ciento de los países, lo que supone una fuente continua y futura de riesgo para niños y trabajadores, advirtió.
Expertos del tema señalaron que altos niveles del metal pueden causar anemia, debilidad, daño renal y cerebral, mientras en mayor grado conlleva a la muerte.
Puede atravesar la barrera placentaria, lo cual significa que las mujeres embarazadas expuestas al plomo también ponen en peligro su feto, pues daña el sistema nervioso en desarrollo de este.
La OPS anima a los gobiernos, a las organizaciones de la sociedad civil, a los socios sanitarios, a la industria y a otras entidades a que organicen campañas acerca del efecto perjudicial del asunto.
La inseguridad más grande se presenta en los niños que juegan en el suelo y chupan juguetes o se llevan los dedos a la boca, mostró una publicación.
Las personas se exponen además al plomo cuando inhalan partículas emitidas en actividad de fabricación y reciclaje, en productos como esmaltes, cerámicos y algunos cosméticos, así como medicamentos tradicionales.
En algunos sitios el agua y los alimentos están contaminados con plomo, que se distribuye por el organismo hasta alcanzar el cerebro, el hígado, los riñones y los huesos.
La Organización Mundial de la Salud identificó al metal como uno de las 10 productos químicos que suscitan una mayor preocupación para la salud pública y que requieren la intervención de los Estados miembros.
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