“El principio de una sola China es un consenso universal de la comunidad internacional y la fundación política para el desarrollo de las relaciones entre China y todos los países que tienen lazos diplomáticos con ella”, comentó un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Manifestó rechazo a cualquier interacción con la isla, tras enfatizar en que la nación europea debe adoptar una postura correcta y abstenerse de perturbar el desarrollo sano de los nexos mutuos.
En agosto pasado, China retiró su embajador en Lituania en rechazo a la decisión de ese país de acoger una oficina de representación de Taiwán, un territorio considerado parte inalienable del gigante asiático.
Enfatizó en el amplio reconocimiento en el mundo del principio de una sola China, así como la determinación a reunificar la nación completa.
“La línea roja sobre la salvaguarda de la soberanía nacional y la integridad territorial no debe cruzarse. Exigimos a Lituania a rectificar de inmediato su decisión equivocada, tomar medidas concretas para deshacer el daño y no seguir avanzando en el camino erróneo”, acotó al respecto la Cancillería.
También advirtió a Taiwán de que las aspiraciones independentistas son un punto muerto y cualquier intento al respecto está condenado al fracaso.
La comunidad internacional adoptó con 170 votos una resolución en 1971 que considera a la República Popular China el único representante legítimo ante las Naciones Unidas y reconoce a Taiwán como parte inalienable de esa nación asiática.
Para avanzar hacia la completa reunificación del territorio nacional, Beijing defiende también la política de Un país, dos sistemas, aplicado en las regiones administrativas de Hong Kong y Macao.
Sin embargo, los dirigentes de Taipéi se niegan a aceptar ese status.
msm/ymr