En neurálgicas avenidas de Buenos Aires, Prensa Latina palpó a una multitud de personas que acudió en masa a la cita, la primera después de un largo año y medio de Covid-19 que mantuvo las puertas de los museos cerrados y abrió ahora a pleno de manera gratuita para el disfrute de los espectadores.
El calor que se siente con fuerza por estos días, -y no fue la excepción esta noche-, dio aún más color a la jornada, en la cual era visible la larga fila de personas, familias enteras, para disfrutar de un momento único en el año, que extiende redes en toda la ciudad y los porteños fueron los verdaderos protagonistas.
Con proyección de muestras interactivas en su fachada y una cola que parecía interminable para entrar, se vio en esta jornada al Museo de Bellas Artes.
La imagen se repitió también en el de Arte Decorativo, el de Inmigrantes, la casa de Carlos Gardel, pero de manera particular en el Congreso, ese recinto en el que nacen leyes que definen el futuro de Argentina, al cual asistieron muchos curiosos para disfrutar de lugares que siempre alcanzan a ver por pantallas.
Fueron en total más de 100 museos y espacios abiertos hasta pasada la madrugada, con entrada gratuita, y joyas de colección para disfrutar a sus anchas.
Muchos, con cámara en mano, inmortalizaron esta noche. Otros, prefirieron guardar el celular y adentrarse de lleno en una conexión con lo mejor y más nuevo del arte contemporáneo.
Una iluminada Buenos Aires volvió a cobrar vida en este evento multitudinario, que llegó a su décimoquinta edición convertido en uno de los eventos de mayor preferencia.
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