La situación fue abordada en el diario The New York Times por Somini Sengupta, una laureada periodista y recurrente en análisis sobre los efectos del fenómeno para el mundo.
El resultado de la reunión determinará, en gran medida, cómo sobrevivirán siete mil millones de personas en un planeta más caliente y si será posible revertir niveles mucho peores de calentamiento global para las próximas generaciones, aseveró Sengupta.
La cumbre climática de Glasgow responderá una pregunta vital: ¿es posible la cooperación global?, señaló.
Esa será la interrogante que intentarán despejar presidentes, primeros ministros, científicos y otros funcionarios que estarán en el conclave que muchos definen como un escenario del ahora o nunca ante los apremios y advertencias que alarman lo mismo a ricos que a pobres.
El fracaso en la disminución del incremento en las temperaturas —causado por la quema de petróleo, gasolina y carbón— ya ocasionó inundaciones mortales, incendios, calor y sequía por todo el mundo, aseveró la analista.
Ya ha exhibido un inmenso abismo entre el consenso científico (que dice que la humanidad debe reducir rápidamente las emisiones de efecto invernadero que calientan al planeta para evitar una catástrofe climática) y las acciones que los líderes políticos y muchos ejecutivos de negocios están dispuestos a emprender.
Sengupta cito a Mia Mottley, primera ministra de Barbados, quien afirmó que “en varios países ahora estamos tan peligrosamente cerca del límite que tal vez sea la tragedia de nuestra época”.
Sobre la cumbre, que durará 12 días, se ciernen tensiones, en especial cuando algunos países pobres muy afectados por los desastres climáticos están a la espera del dinero que se les prometió, y no se les entregó, por parte de las naciones industrializadas que avivan la crisis.
Para complicar la situación, aseveró, la necesidad de tomar acciones colectivas para atender una amenaza global urgente y existencial sucede en un momento en que el nacionalismo va en aumento.
Por este motivo, dijo, las conversaciones en Glasgow servirán para probar si de hecho es posible la cooperación a nivel global para enfrentar una crisis que no reconoce fronteras nacionales.
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