«Tengo 24 años, pero mi pueblo vive en la Amazonia desde hace seis mil años», comenzó leyendo en inglés Walelasoetxeige Paiter Bandeira Suruí, de la etnia Paiter Suruí, ante una audiencia de más de 120 líderes del planeta.
Ataviada con un traje tradicional y con la cara pintada, Paiter Bandeira Surui reivindicó la herencia de sus antepasados, la riqueza ecológica de la Amazonia y exigió protección para los líderes nativos asesinados en defensa de sus comunidades.
«Hoy en día el clima se está calentando, los animales están desapareciendo, los ríos se están muriendo y nuestras plantas no florecen como antes», explicó la aborigen estudiante de Derecho.
Aseguró que «necesitamos otro camino. No en 2030, ni en 2050, sino ahora», remarcó, al aludir a los principales objetivos de progreso fijados por la comunidad internacional.
Tenemos ideas para posponer el fin del mundo. Dejemos las mentiras, pidió.
Remarcó que «la Tierra nos habla y nos dice que no tenemos más tiempo».
En la misma tribuna, Isis Riquelme se presentó con un mensaje de video al público como ecofeminista y estudiante de geografía en Chile.
«Nosotros, sus hijos, hemos decidido colaborar globalmente para cuidar nuestro hogar. Pero eres tú quien decide cómo reconstruirlo. Te pido que me escuches», dijo la joven.
«Por favor, ayúdanos a garantizar un futuro mejor. Nuestras vidas están en sus manos. Lo que decidan en esta conferencia cambiará el curso de la humanidad. Es hora de actuar», demandó.
La COP26, que se extenderá hasta el 12 de noviembre, es vista como una de las últimas oportunidades para adoptar planes que permitan frenar el calentamiento global y reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero.
Esas metas, entre las que se incluye además el compromiso de los países industrializados de aportar 100 mil dólares anuales para ayudar a las naciones más pobres a enfrentar el cambio climático, datan de 2015, cuando se firmó el Acuerdo de París.
En su discurso de bienvenida a los líderes mundiales, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, advirtió a sus colegas que las futuras generaciones no los perdonarán sí la COP26 fracasa en adoptar compromisos serios para combatir la crisis medioambiental.
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