En su discurso, el primer mandatario mencionó la emisión a la atmósfera de más de 59 mil millones de toneladas de dióxido de carbono, con un incremento de la temperatura global, si bien en la COP 21 de 2015, el país advirtió que el Acuerdo de París no representaba un compromiso para los causantes del cambio climático.
De acuerdo con Ortega, el convenio tampoco aseguraba los medios para la protección de los pueblos y, poco más de un lustro después, un reporte de los científicos de Naciones Unidas confirma que el calentamiento global desencadenará puntos de inflexión en los sistemas naturales de la tierra.
El representante del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) argumentó que Nicaragua, Centroamérica y los países participantes en el Foro de Vulnerabilidad Climática no son los responsables históricos de esas transformaciones en el entorno.
En sus palabras, remarcó la urgencia en la adopción de medidas desde los países desarrollados, cuyas grandes economías aplican modelos de consumo y producción basados en la destrucción y contaminación del planeta y abogó por la defensa de políticas asociadas a la justicia climática y la reparación.
Asimismo, recordó que Nicaragua fue el primer país signatario de la Declaración Universal del Bien Común de la Tierra y la Humanidad en 2010 y desde planes nacionales de desarrollo humano y lucha contra la pobreza reafirman su voluntad irrenunciable de salvaguardar el ecosistema mundial.
Según el presidente, en medio de la crisis climática irrumpió también otro mal público global: la pandemia Covid-19, con su incidencia en el incremento de las vulnerabilidades para las naciones en vías de desarrollo, especialmente, los estados centroamericanos y caribeños.
El fenómeno ambiental y sanitario, apuntó, muestra las deudas y desigualdades reales y tradicionales entre el norte y el sur, las principales amenazas ante el impulso de acciones de adaptación al cambio climático y para el cumplimiento de la agenda de desarrollo 2030.
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