La agresión se produjo cuando el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares, y senador de la República, Napoleón Gómez Urrutia, presentaba en Zacatecas su libro Triunfo de la dignidad.
De pronto, se aparecieron en el teatro universitario Fernando Calderón, lugar de la conferencia, integrantes de la agrupación adversaria -conocida en México como “sindicatos charros” porque surgen al margen de lo establecido y son dirigidos por verdaderos capataces- donde Gómez Urrutia presentaba su libro El triunfo de la dignidad.
Según versiones de testigos, los “charros” de Pavón Campos arrancaron una de las puertas principales del inmueble, declarado patrimonio de la humanidad por Unesco, e interrumpieron por la fuerza la actividad.
Los violentos fueron identificados como miembros de Frente, procedentes de las minas Juanicipio y Fresnillo, propiedad privada de Alberto Bailléres González, y la de San Martín, en Sombrerete, de Germán Larrea Mota Velasco, ambos opositores a la ley de minas que promociona Gómez Urrutia.
El legislador es, además, presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, y fue atacado cuando defendía la política del gobierno federal para erradicar el outsourcing (tercerización laboral), causante de que 10 millones de trabajadores mexicanos no tengan seguridad laboral y sindical.
Raymundo Cárdenas, director del periódico La Jornada Zacatecas, responsabilizó de la agresión al priista Pavón Campos, mientras que
el maestro universitario Francisco Luna cuestionó al gobierno local de no prever la agresión ni tomar medidas precautorias.
Gómez Urrutia señaló que Alberto Bailléres como dueño de la mina y Pavón, su testaferro, tienen como objetivo mantener a los mineros en un estado de esclavitud moderna, negándoles acceso a condiciones laborales dignas.
jcm/lma