Escucharla de manera instrumental ejecutada en arpa es como tener un momento mágico, rayano en el éxtasis, en el que cualquiera con un mínimo de cultura musical, e incluso neófito, disfruta con delectación cada nota encantada.
Todas las arpas lucen semejantes a simple vista, pero dicen los paraguayos que la suya es única, inigualable, más aún si diestros dedos pulsan sus cuerdas con alma y corazón.
Tal vez exageran, quién sabe, pero lo cierto es que oír una pieza interpretada por un virtuoso de esa tierra sudamericana es como si cada sonido penetrara todos los poros de la piel, removiera el cerebro y lanzara al vuelo un sentimiento de placer inenarrable.
En un ensayo, el especialista Mauricio Cardozo señala cómo es ese instrumento musical, uno de los más antiguos que recuerda la historia de la humanidad y que, según las Sagradas Escrituras, el rey David ya lo tocaba.
Originalmente tenía diversas formas; sin embargo, existían dos tipos principales: la angular, de Egipto, y la arqueada o combada, de África.
Llegó a América con los conquistadores españoles, quienes se asentaron en distintas áreas de la región, una de las cuales sería con el tiempo la República del Paraguay, entonces poblada por guaraníes, donde se fusionaron dos culturas y surgió una estirpe nueva.
El arpa paraguaya nació de la unión de esas dos civilizaciones, como una adopción de la original pero perfeccionada con elementos nativos y construida de madera americana para lograr una notable estilización y crear su propio repertorio. Por eso, no es indígena ni criolla, sino producto del mestizaje.
La evolución de la clásica no afectó mayormente a la de Paraguay, pues esta tomó otros rumbos en su progresivo mejoramiento, el cual significa un aporte para el arte, subraya.
Mediante decisión presidencial, en 1997 fue decretado el 9 de junio como Día del Arpa Paraguaya, con motivo del aniversario luctuoso de Félix Pérez Cardozo, considerado uno de los más grandes ejecutantes y compositores del y para el instrumento, creador de temas infaltables en el repertorio popular.
mem/jf
(Tomado de Orbe)
















