En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores se mostró “consternado y profundamente preocupado” por la acción de Duque, quien participó en la ceremonia de apertura.
La cancillería manifestó estar asombrada por el paso de Colombia y recordó que el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas reconocen a Jerusalén oriental como capital del futuro Estado palestino.
Representar los intereses de un país en esa urbe, independientemente de su naturaleza, es una violación del derecho internacional, recalcó el texto.
Ante ese panorama, llamó a las autoridades de Bogotá a revertir su decisión al considerarla “una recompensa a la potencia ocupante y sus políticas racistas”.
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