El Ministerio de Relaciones Exteriores agregó que durante el encuentro, los mandatarios también pasarán revista a asuntos de interés común.
Las conversaciones seguirán a dos contactos telefónicos sostenidos este año entre las partes y también a las pláticas de otros altos funcionarios de sus gobiernos.
De hecho, este sábado el canciller chino, Wang Yi, dialogó con el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, como preámbulo de la cita presidencial y remarcó su impacto en el plano bilateral y también en el global.
“Nuestros pueblos y la comunidad internacional esperan que esta reunión arroje resultados beneficiosos para los dos países y el mundo. Los dos jefes de Estado jugarán un rol fundamental en potenciar las relaciones”, indicó el jefe diplomático de Beijing.
Sin embargo, acotó que es necesario hallar un punto medio en las diferencias y además llamó a Estados Unidos abstenerse de apoyar las intenciones separatistas de Taiwán, porque pondría bajo amenaza la paz, violaría los tratados mutuos y enfrentaría consecuencias.
Blinken, por su parte, dijo que todo el mundo seguirá con atención las conversaciones Xi-Biden, se refirió a los respectivos preparativos y expresó la voluntad de Washington de compartir sus puntos de vista sobre los vínculos con Beijing sobre la base del respeto.
El primer intercambio presidencial fue en febrero y Xi recalcó la necesidad de restablecer diversos mecanismos de diálogo para entender con precisión, las intenciones políticas del otro y evitar malentendidos.
También enfatizó en la importancia de gestionar las diferencias cuando existan, buscar la cooperación donde sea deseable, apostar por el respeto mutuo y contribuir a la lucha contra la pandemia de Covid-19, promover la recuperación de la economía y a la paz en el planeta.
No obstante, exigió a Washington prudencia en el manejo de cuestiones como Taiwán, Hong Kong y Xinjiang, entre otros, por ser internos de China y concernientes a su soberanía e integridad territorial.
Esas declaraciones afianzaron aun más la postura de China para darle un vuelco a los vínculos con Estados Unidos, ante la continuidad de los roces.
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