El planteamiento hecho este martes por Johnson al presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, llega en momentos en que el gobernante Partido Conservador enfrenta acusaciones de corrupción tras revelarse que varios de sus parlamentarios recibieron sueldos extras por trabajar como asesores para empresas privadas.
En su misiva a Hoyle, el gobernante británico apunta que ningún diputado debe jamás aceptar una oferta para desempeñarse como consultor político o asesor parlamentario.
Agregó que cualquier actividad remunerada o no fuera de las actividades inherentes al puesto deben tener límites razonables y no impedirles a los legisladores desarrollar sus funciones a plena capacidad.
Según Johnson, cualquier diputado que desatienda las tareas para las que fue elegido y priorice otros intereses debe ser investigado y castigado de forma apropiada por las autoridades disciplinarias.
La actitud del Primer Ministro contrasta con la que asumió días atrás, cuando intentó evitar la suspensión de un correligionario acusado de cobrar más de 100 mil dólares por trabajar como cabildero para dos empresas británicas, y quien a la postre renunció.
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