De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), esta es la región donde la desigualdad tecnológica es la mayor en el mundo, agravada aún más por los impactos económicos y sociales de la pandemia de la Covid-19.
El estudio, que concentró su trabajo en 24 países, reveló que un 71 por ciento de la población urbana cuenta con opciones de conectividad, ante menos de un 37 por ciento en zonas rurales.
Cifras de la Cepal también señalaron que en promedio un 81 por ciento de los hogares del quintil de ingresos más alto tiene conexión a Internet, mientras los del primer y segundo quintil es del 38 y 53 por ciento, respectivamente.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) calcula que aproximadamente se requieren 68 mil 500 millones de dólares para subsanar la brecha digital, de los cuales casi la mitad debería destinarse a las zonas rurales, donde las inversiones públicas suelen ser la fuente principal de financiamiento.
Sobre el tema, el secretario permanente del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe, Clarems Endara señaló que la situación de desconexión digital constituye un desafío para la región, e insistió en la necesidad de trabajar en las brechas de conectividad sobre todo en ámbitos vulnerables.
Apuntó que si bien se logró un avance significativo en la región en cuanto a digitalización, actualmente se encuentra muy rezagada respecto a otras partes del mundo en cuanto a temas de conectividad, lo cual demanda tener infraestructura tecnológica de calidad y ofertas de precios accesibles para la población.
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