Según esa fuente, que cita al portavoz de la policía metropolitana, Luke Owoyesigyire, las medidas de control aumentaron en Kampala y sus alrededores, mediante el despliegue de agentes y soldados, para garantizar que la población esté a salvo de cualquier posible peligro.
Tras señalar que se establecieron también puntos de control en las carreteras capitalinas, el funcionario refirió que las autoridades instan a los ugandeses a permanecer en alerta máxima luego de los dos atentados con explosivos, ocurridos la víspera y reivindicados por el grupo radical Estado Islámico.
En una declaración por separado, emitida en las últimas horas, el presidente de este país, Yowere Museveni, condenó los violentos incidentes, perpetrados por terroristas suicidas, y llamó a mantener la vigilancia en lugares como parqueos de autobuses, hoteles, mezquitas, iglesias y mercados.
Además del ente Estado Islámico, en territorio ugandés operan las rebeldes Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF).
Recientemente, esa última agrupación admitió la autoría de un atentado con bomba en un restaurante capitalino, hecho sucedido el 23 de octubre pasado, con saldo de un muerto y seis lesionados.
El gobierno de Uganda también culpó a las ADF de organizar un frustrado ataque en agosto último en el funeral de un comandante del Ejército nacional que dirigió una importante ofensiva contra los militantes de Al-Shabab en Somalia.
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