Por su parte, el Comité Estatal de Fronteras de este país confirmó que alrededor de dos mil refugiados se mantienen cerca de los límites territoriales entre ambas naciones y algunos lograron cruzar los pasos fronterizos en tres lugares.
Ayer, varios cientos aceptaron la propuesta de Minsk de trasladarse hacia el centro logístico y poco a poco la cifra llegó a mil, mientras una cifra aproximadamente similar se mantiene en un campamento informal que montaron cerca del paso fronterizo de esa localidad belarusa.
Según la agencia de noticias TASS, un pequeño número de inmigrantes lanzó piedras y palos a la policía polaca, la que respondió con granadas de aturdimiento y lanzando agua con gas lacrimógeno.
El senador polaco del partido gobernante Ley y Justicia, Krzysztof Mruz, dijo hoy por el canal de televisión Telewizja Polska, que el Gobierno tiene la intención de empezar a construir una nueva valla en la frontera con Belarús el 15 de diciembre.
Al inicio de la crisis migratoria, Varsovia construyó una valla de alambre de púas en la frontera común, la cual no implicó un grave obstáculo para que fuera burlada por los inmigrantes.
Según las autoridades polacas, la nueva estructura de 5,5 metros de altura costará a Polonia unos 400 millones de dólares, de los cuales 28 millones se utilizarán para la compra de sensores, sistemas de vigilancia y otros mecanismos modernos de seguridad.
La construcción se extenderá por 180 kilómetros de la frontera con Belarús que es de 418 kilómetros y se espera terminar en el primer semestre de 2022.
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