Zhao Lijian, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, consideró una campaña de difamación las acusaciones de Washington sobre los presuntos abusos contra las minorías étnicas de la región autónoma de Xinjiang y remarcó tolerancia cero a la injerencia en asuntos internos del país. “Los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022 son un escaparate para deportistas de todo el mundo. Politizar el deporte va en contra del espíritu olímpico y de los intereses de los atletas”, añadió el funcionario.
Zhao respondió así luego que este jueves el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que valora realizar un «boicot diplomático» a la cita invernal.
En concreto, la acción significaría que Biden u otros funcionarios gubernamentales norteamericanos no asistan al evento multideportivo como es habitual en ese tipo de competencias, pero el país norteño sí enviaría a sus atletas, precisó el diario The Hill.
Desde hace meses, algunos legisladores instaron al jefe de la Casa Blanca a dar tal paso para denunciar el presunto genocidio en Xinjiang, con fuerte presencia de musulmanes.
Beijing exigió a Washington abandonar la política de doble rasero sobre los derechos humanos y le sugirió enfocarse en sus problemas, como la supremacía blanca y el racismo.
En reiteradas ocasiones, el gigante asiático denunció la politización del asunto, condenó la injerencia foránea y aseguró que los programas aplicados en Xinjiang buscan frenar el terrorismo, el separatismo y la radicalización.
China está lista para acoger en febrero del año próximo las Olimpiadas y luego en marzo las Paralimpiadas de Invierno en Beijing, que trascenderá como la única urbe del planeta en albergar ambas variantes de la lid internacional tras ser anfitriona de la versión veraniega de 2008.
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