Diversas asociaciones e instituciones como la iglesia pueden ser de gran ayuda en la labor educativa, opinó la ministra de Acción Social, Familia y Promoción de la Mujer, Faustina Alves, quien presentó la campaña nacional junto al canciller, Téte António.
La reducción de los casos de violencia en el país pasa necesariamente por la sensibilización de los ciudadanos y la construcción de principios y valores morales que propicien cambios en las conductas negativas, sopesó Alves.
A juicio del canciller, la responsabilidad de combatir el flagelo no puede quedar solo en manos de las instituciones públicas, pues se trata de un fenómeno social.
Tampoco la defensa y la promoción de los derechos de las angoleñas puede verse como un problema exclusivo de las féminas, debe contemplar a los hombres por igual, razonó António.
Con la campaña iniciada este jueves, las autoridades se sumaron aquí a la iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que instituyó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En opinión de la ONU, para detener estas formas de abuso es preciso adoptar enfoques integrales e inclusivos que aborden las causas fundamentales, transformen las normas sociales dañinas y empoderen a las mujeres y las niñas.
“Con servicios esenciales en los sectores policial, judicial, sanitario y social, y con suficiente financiación para la lucha por los derechos de las mujeres, podemos poner fin a la violencia de género”, dijo el organismo de cara a la presente conmemoración.
Este tipo de maltrato constituye una de las violaciones de los derechos humanos “más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual sobre las que apenas se informa debido a la impunidad de la cual disfrutan los perpetradores, y el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas”, alertó el análisis.
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