Fuentes de la embajada de Beijing en aquel país aseguraron a la prensa que hasta ahora ningún connacional murió y analizaron en reuniones las mayores preocupaciones de la diáspora sobre la situación.
No obstante, la misión diplomática insistió en salvaguardar las vidas como máxima prioridad, pues más de 100 tiendas y otros comercios del barrio chino de Honaira fueron blanco de ataques con grandes afectaciones.
Esa urbe es hogar del 90 por ciento de los casi tres mil chinos que residen en Islas Salomón.
Según se supo, muchos contrataron guardias de seguridad y algunos incluso desean regresar al gigante asiático ante la persistencia de la inestabilidad social.
El Ministerio chino de Relaciones Exteriores sigue atento al desarrollo de la situación, manifestó confianza en la capacidad de las autoridades de Islas Salomón para devolver la calma al país y denunció la mano de fuerzas externas en las protestas contra el gobierno del primer ministro, Manasseh Sogavare.
Muchos de los manifestantes proceden de Malaita, la isla más poblada de esa nación, y están en desacuerdo con la distribución desigual de los recursos económicos.
Pero Beijing indicó que serán en vano todos los intentos por socavar el desarrollo normal de los nexos bilaterales, al referirse al interés de potencias como Estados Unidos en aprovechar los disturbios para perturbar los lazos.
China e Islas Salomón establecieron relaciones diplomáticas en septiembre de 2019, después que el último territorio rompió vínculos con Taiwán.
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