En nota remitida a la Bolsa de Valores brasileña, la empresa, una de las mayores exportadoras de hierro del mundo, indica que alcanzó un acuerdo final con el gobierno del estado Minas Gerais (sudeste) para indemnizar por los daños ambientales, morales y colectivos provocados por la tragedia.
La cuantía total de la reparación ‘solo es una estimación’ que ‘puede ser ampliada en caso de necesidad’, indica el gobierno estadual.
Tal valor convenido no incluye los perjuicios individuales y no obstruye en la acción de responsabilidad criminal por el rompimiento del embalse. Todavía se registran 11 desaparecidos.
A las 12:28 horas del mediodía del 25 de enero de 2019 cedieron los diques de contención de la presa de Córrego do Feijao, barrio rural de Brumadinho, y se liberó un torrente de lodo y residuos mineros de más de 12 millones de metros cúbicos que arrasó con todo lo que encontró a su paso.
La desventura del depósito de Vale en Brumadinho resultó la primera de grandes proporciones desde el accidente del 5 de noviembre de 2015 en el subdistrito de Bento Rodrigues, a 35 kilómetros del centro del municipio Mariana, también en esa división territorial.
Ese día, la ruptura de escolleras de la empresa Samarco, de la que Vale posee el 50 por ciento, ocasionó la muerte de 19 personas (18 cuerpos fueron rescatados) y el mayor desastre medioambiental de la historia nacional.
Sin embargo, la catástrofe de Brumadinho es la séptima en enlutar a Minas Gerais en apenas 16 años, una media superior a una ruptura cada dos calendarios (1,85). El rompimiento del embalse de Córrego do Feijao devastó un área equivalente a 300 campos de fútbol en la ciudad.
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