«Rechazamos tajantemente los ataques sistemáticos en El Salvador en contra del Estado de derecho y la independencia de poderes, así como los excesos en el uso de la fuerza que se escudan en la necesidad legítima de seguridad ciudadana», reza el texto.
Según los firmantes, tales acciones afectan la democracia y amenazan los Acuerdos de Paz de 1992, que pusieron fin a 12 años de un conflicto armado que dejó más de 75 mil muertes y una sociedad profundamente polarizada.
Dicho señalamiento responde a varios movimientos que el gobierno salvadoreño defiende, amparándose en el mayoritario respaldo popular que recibió el oficialista partido Nuevas Ideas en las pasadas elecciones legislativas y municipales.
En el encuentro, de dos días, participaron unos 200 líderes políticos de cerca de una veintena de países.
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