El periódico cita un informe elaborado por esa cartera que “detalla el papel del sistema de salud israelí en el infame secuestro de niños yemenitas”.
Tras la fundación del Estado judío, en 1948, unos 50 mil yemenitas que profesaban esa religión emigraron al país en la operación Sobre alas de águila, más conocida como Alfombra mágica.
Sin embargo, siempre fueron considerados ciudadanos de segunda frente a los sabras (nacidos en la Palestina histórica) y la mayoría askenazí (judíos centroeuropeos).
Aunque el texto no publicó nuevos testimonios o datos sobre el tema porque es una revisión de material ya divulgado, es la primera admisión de un ministerio en un documento oficial que muestra su participación en el escándalo, afirmó Haaretz.
En respuesta a la filtración del texto, la institución enfatizó en que solo es un borrador.
Los expertos cifran en un millar la cantidad de niños judíos yemenitas y en menor medida de países balcánicos o de Oriente Medio que fueron raptados y entregados a familias pudientes en adopción.
En muchos casos, se les dijo a las familias que su hijo había muerto, aunque nunca mostraron el cuerpo, el lugar del entierro o un certificado de defunción.
Investigaciones oficiales en 1967, 1988 y 1995 concluyeron en que nunca existió un plan de adopción ilícito, aunque los familiares y numerosos expertos rechazaron esos veredictos.
En febrero último, siete décadas después, el Gobierno propuso un plan para ofrecer un pago único en resarcimiento a las familias de esos menores.
La compensación por sí sola no es suficiente, porque el Estado debe aceptar su responsabilidad, afirmó entonces la Unión Sefardí Mundial, una ONG con sede en Jerusalén.
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