La policía precisó en un comunicado que Bassem Lutfi Sarhan, de 38 años, fue baleado anoche en su automóvil en lo que describió como una disputa entre bandas criminales.
En los últimos meses, la violencia contra la minoría árabe ganó presencia en los medios nacionales tras la inclusión en la alianza gubernamental del partido Raam, cuyos votantes son en su inmensa mayoría miembros de ese grupo.
Los cuatro escaños parlamentarios de Raam son clave para mantener en el poder a la coalición liderada por el primer ministro ultraderechista Naftali Bennett, quien a cambio tuvo que impulsar medidas para combatir la violencia que azota a los árabes.
Los descendientes de los palestinos que no fueron expulsados de sus tierras tras la creación del Estado judío, en 1948, denuncian desde entonces que son tratados como ciudadanos de segunda.
En la actualidad suman 1,9 millones de personas que suponen casi un 21 por ciento del total de la población de este país.
La ONG Sikkuy asegura que una de las principales razones de las diferencias entre los ciudadanos árabes y judíos es la asignación desigual de los recursos estatales.
Sikkuy resaltó en su reporte anual 2020 que un 14,5 por ciento de las familias judías vive por debajo del umbral de la pobreza, mientras que entre las árabes el flagelo alcanza al 45,3 por ciento.
Esa situación provocó un estallido social en mayo último en las ciudades mixtas o pobladas mayoritariamente por personas de origen palestino, en medio de una ofensiva militar de las fuerzas de Tel Aviv contra la franja de Gaza y la represión en Jerusalén oriental.
Además de denunciar la agresión a sus hermanos palestinos, los manifestantes reclamaron igualdad de derechos y el fin de la discriminación legal, económica e institucional.
Localidades como Lod, Acre, Ramle y Jaffa fueron escenarios de violentos disturbios, calificados por el entonces presidente israelí, Reuven Rivlin, como ‘una guerra civil’.
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