El primer ministro australiano, Scott Morrison, informó hoy que de esta manera se pone fin a la pausa provocada por la aparición del nueva variante del coronavirus, Ómicron.
A fines de noviembre, Australia decidió retrasar la reapertura de sus fronteras a los migrantes y estudiantes internacionales calificados, así como a los titulares de visas familiares humanitarias y provisionales.
El regreso de los estudiantes extranjeros, que suponen unos 35 mil millones de dólares australianos (25 mil millones de dólares) al año para la economía nacional, supondrá un gran impulso para el sector educativo.
También se espera que la relajación de las normas fronterizas alivie la escasez de mano de obra, que amenaza con obstaculizar la recuperación económica.
mem/lp