Quince de las víctimas murieron en los centros de salud, y una cifra similar fue trasladada hacia hospitales de la capital, así como Mirebalais e Hinche, en el centro del país.
El balance preliminar indica además que al menos una veintena de viviendas se incendiaron tras la explosión, ocurrida en la entrada este de Cabo Haitiano, situado en el extremo norte del país.
Desde este miércoles está vigente el duelo nacional, declarado por el Gobierno como homenaje a las víctimas, y el primer ministro Ariel Henry, anunció que celebrarán funerales nacionales para rendir tributo a los fallecidos.
Los hechos ocurrieron durante la madrugada del martes, luego del accidente sufrido por un camión cisterna, que provocó el volteo del vehículo.
Los vecinos se apresuraron a recuperar el combustible, perforaron el depósito y comenzaron a retirar la gasolina. El combustible que se derramó en el Canal Laforcet solo tardó unos minutos en llegar a los escombros que ardían no lejos de allí provocando la trágica explosión, denunció un informe de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos.
Tras la tragedia el país recibió numerosas muestras de simpatía, entre ellas, la del papa Francisco quien pidió este miércoles orar por Haití.
“En las últimas horas se ha producido una devastadora explosión en Cap-Haitien, en el norte de Haití, en la que han perdido la vida muchas personas, entre ellas, muchos niños”, lamentó este miércoles el sumo pontífice y pidió orar por la nación caribeña que vive “un calvario tras otro”, aseguró
Esta es la segunda desgracia que sufre Haití en menos de cuatro meses, luego del terremoto ocurrido en agosto que cobró más de dos mil 200 vidas, y causó heridas a más de 12 mil 700 personas.
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