Para la ministra de Trabajo y Desarrollo Laboral, Doris Zapata, la falta de consenso la víspera en una mesa de diálogo entre trabajadores y empleadores muestra, sin embargo, la posibilidad de aumentar los ingresos en algunas actividades económicas de loable desempeño en medio de la Covid-19.
La titular reafirmó a la prensa que mañana viernes y la próxima semana escucharán otras propuestas en nuevas deliberaciones, pero si no hay acuerdo le tocará al Ejecutivo tomar la decisión sobre las remuneraciones que regirán desde enero de 2022.
Para el presidente del Colegio de Economistas de Panamá, Samuel Moreno, si el salario mínimo se aumenta, debería de ajustarse tomando en consideración todos los cambios hechos en el tejido empresarial en atención a la pandemia.
De otro lado, aseveró que, si no hay un incremento, habría que ver la evolución del índice de inflación, ahora en el orden del 2,9 por ciento, lo cual «nos lleva a que, en definitiva, ciertos componentes de las canastas de precios estén aumentado».
Por su parte, el experto Augusto García indicó que la mayor parte del salario se invierte en consumo y, por lo tanto, genera demanda en la economía.
En ese sentido, dijo, un incremento en el ingreso de los trabajadores se revierte en un consumo y esto estimula la reanimación.
Acerca del tema, el catedrático René Quevedo explicó al diario la Estrella de Panamá que en el país canalero existen 40 renglones de salario mínimo, dependiendo de la región y la actividad económica.
Frente a este panorama, según el consultor laboral, es difícil estimar una sola tarifa porque la situación es bastante dispareja, con poblaciones que tienen costos de vida diferente, aunque se debe caminar hacia la unificación.
Sin embargo, agregó, a partir de la gran heterogeneidad, en estos momentos, quizás no sea factible poder arribar a un solo salario mínimo.
Quevedo recordó que el año pasado en Panamá se perdieron 365 mil empleos, lo que representa el 42 por ciento de todas plazas formales y la pequeña y mediana empresa fueron la más golpeadas.
De acuerdo con el investigador, la situación es delicada pues los nuevos contratos marchan a un 44 por ciento por debajo del ritmo que tuvieron en 2019, debido a los impactos de la Covid-19.
Es decir, de un lado el planteamiento de los trabajadores sobre el aumento del costo de la vida y la urgencia de incrementar los salarios, y de otro, un empleo que todavía está convaleciendo de la peor catástrofe de su historia, aseveró.
El coordinador del Consejo Nacional de Trabajadores Organizados, Mario Serrano, por su lado, reiteró que el gremio propondrá a la Comisión Nacional de Salario Mínimo que el aumento esté entre el 21 y 22 por ciento para todas las áreas económicas de Panamá.
Aunque la realidad de ese indicador en el istmo debería estar rondando un 61 por ciento, según sus estimaciones.
Para Serrano, deberían revisarse las políticas públicas y eliminar las regiones en las que se establecen escalas salariales, además de evitar que en el interior del país se ofrezca una tasa más baja que en la ciudad capital.
La iniciativa que impulsamos, dijo, toma en cuenta que el salario mínimo promedio en la actualidad es de 588 dólares mensuales en la ciudad y 496 en el interior del país, “lo cual no alcanza ni para cubrir la canasta básica de alimentos”, remarcó.
Los trabajadores piden que el ingreso base sea de al menos mil 500 dólares mensuales para el próximo año, algo que el vocero de los empresarios, Antonio Fletcher, comentó a medios locales que el sector privado no ve viable.
En 2013 el salario mínimo de Panamá estaba en el orden de los 300 dólares y ahora está en 600, lo que significó el 70 por ciento de aumento; pero ahora los empresarios vienen de un panorama crítico tras la pandemia y aún así reactivaron al menos 200 mil empleos, comentó.
Al respecto, Quevedo insistió en que es “difícil arribar a un criterio porque no olvidemos que el 80 o 90 por ciento de todos los empleos en esta nación son de pequeñas y medianas empresas, no las grandes”.
De su parte, la dirigente sindical Nelva Reyes opinó que es clave esta discusión porque hay miles de trabajadores que no están en sindicatos y su única opción de que se les aumente el sueldo, es a través de la Comisión de Salario Mínimo, debate que se produce cada dos años, según establece la legislación vigente.
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