La institución bancaria mantuvo la tasa en 0,1 desde marzo de 2020, para ayudar a la economía británica a palear el impacto de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19, por lo que la decisión sorprendió al sector financiero ahora que el país está abocado a una nueva ola de la enfermedad.
El Comité de Política Monetaria del banco central inglés aclaró, sin embargo, que la propagación de la nueva variante del virus podría incrementar aún más la presión inflacionaria.
La Oficina Nacional de Estadísticas informó la víspera que la inflación alcanzó en noviembre pasado su nivel más alto desde 2011, empujada por el aumento de los precios de los combustibles, los alimentos y la ropa.
De acuerdo con la fuente oficial, el índice de precios del consumidor subió en un 5,1 por ciento el mes pasado, comparado con el 4,2 por ciento registrado en octubre.
mem/nm