Así lo denunció este miércoles la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en un artículo publicado en su último número de la revista Alteridades, el cual entró en circulación.
La investigación en curso Documentación de los efectos de Covid-19, se realiza en comunidades afromexicanas e indígenas de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, y abarca varios municipios de ambas entidades que concentran la mayor población de esa etnia.
Desde el comienzo de la pandemia Guerrero contabilizó gran cantidad de contagios, la mayoría en el puerto de Acapulco.
Con dos millones 576 mil individuos, Guerrero y Oaxaca son las dos entidades con mayor porcentaje de población auto reconocida como tal, la mayoría ubicados en la Costa Chica, según datos de 2020.
La UAM adviertió la urgencia de incluir variables étnico-raciales en los registros de salud para incorporar información sobre ellos, como plantea la Comisión Económica para América Latina y el Caribe por la precariedad de la atención médica a ese segmento poblacional.
La investigación de la emergencia sanitaria por la Covid-19 en el lugar, señaló, no puede desligarse de los recursos de infraestructura existentes, muy bajos, ni de las condiciones socioeconómicas, de alimentación y salud de las personas.
Es posible suponer que la epidemia no ha tocado con la misma fuerza en las regiones más alejadas, igualmente es muy probable que el número de pruebas realizadas sea menor y que, a mayor distancia de las cabeceras se reduzca la búsqueda de atención por parte de la gente y se dificulte el acceso a diagnósticos.
La pandemia de la Covid-19, agregó el estudio, evidencia la incredulidad de buena parte de la población negra sobre la existencia del virus y sus efectos, así como la falta de confianza hacia los servicios de salud.
Muchas familias atraviesan en su casa episodios de enfermedad quizá asociados a Covid-19 no incluidos en datos oficiales reportados por diversas razones ajenas a voluntades.
Es necesario considerar los aspectos sociales, económicos y políticos implicados en la experiencia de la enfermedad, debido a que la crisis ha afectado la salud física y emocional de estas personas mucho más de lo imaginado.
Insistió el estudio en que hay insuficiencia de recursos en infraestructura y reducción de personal en hospitales públicos de la región, lo que deviene en una mayor consulta de medicina privada o no acudir a los servicios y permanecer en sus hogares con prácticas de auto atención con medicina doméstica.
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