Un equipo de investigadores internacionales, autores del hallazgo, precisó que esos objetos tienen hasta 13 veces la masa de Júpiter, pero no están ligados a ninguna estrella. Su localización es complicada por carecer de la pista de brillo del esferoide luminoso, y son visibles con telescopios de gran diámetro y detectores sensibles.
Precisó la publicación que los primeros candidatos de planetas errantes se descubrieron hace 20 años: “Desde entonces hemos ido acumulando evidencias sobre su naturaleza y propiedades. Pero ahora es cuando los hemos identificado de manera masiva”, declaró el español David Barrado, coautor del estudio.
Consideraron la existencia de dos mecanismos para el nacimiento de esos objetos, uno es que se formen como las estrellas mediante el colapso gravitatorio de pequeñas nubes de gas, y el otro como los planetas alrededor de los esferoides y después sean arrancados o expulsados dinámicamente.
Barrado, investigador del Centro de Astrobiología en España, explicó que todos los exoplanetas descubiertos están concentrados en una región muy específica, asociados globalmente a un conjunto de estrellas jóvenes, lo que permitió saber la edad de manera bastante precisa.
En concreto, están a unos 400 años luz de la Tierra y prácticamente a la misma distancia. “Podemos decir que son hermanos de la misma camada. Son masivos, calientes y brillantes, comparados con Júpiter y Saturno, los análogos del Sistema Solar”, enfatizó.
La investigación concluyó que no tienen ningún parecido con la Tierra porque se trata de planetas gaseosos y no rocosos. “Planetas como la Tierra son imposibles de detectar por el momento a la distancia de la región de nuestro estudio, no brillan suficiente”, explicó Núria Miret, primera autora del artículo.
“A partir de nuestro trabajo, podemos especular que si la fracción de planetas errantes que hemos encontrado en la región estudiada es parecida en otras regiones de la Vía Láctea donde hay unas 100 mil millones de estrellas, entonces debería haber entre dos mil millones y tres mil millones de planetas errantes”, concluyó Miret.
Por otra parte, el telescopio espacial James Webb, próximo a lanzarse por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), podrá ayudar a estudiar mejor estos planetas con importantes implicaciones en la formación y evolución temprana de los sistemas planetarios.
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