En su cuenta en Twitter, la diputada de izquierda afirmó que esos hechos están documentados, aunque la mayoría de la población prefiere actuar “como un avestruz y meter la cabeza en la arena”.
Las críticas de Touma-Suleiman coinciden con un agrio debate nacional que dividió al Gobierno de coalición, tras las denuncias en ese sentido del ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, miembro del Partido Laborista.
Este último condenó la pasada semana la violencia de los colonos en las zonas ocupadas durante un encuentro con la subsecretaria de Estado norteamericana para Asuntos Políticos, Victoria Nuland.
En respuesta, los sectores de derecha en el poder, representado por las formaciones Yamina e Israel Beiteinu, y en la oposición, encabezados por el Likud, arremetieron contra el funcionario.
El propio primer ministro y dirigente de Yamina, Neftali Bennett, salió en defensa de los colonos al calificar de fenómeno marginal los ataques de estos contra los palestinos, lo cual a su vez, fue duramente cuestionado por la izquierda, los árabes-israelíes y diversas organizaciones de derechos humanos.
Según diversos cálculos, más de 600 mil colonos viven en Cisjordania y Jerusalén oriental, zonas ocupadas por Israel desde la guerra de 1967.
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