Con un espejo primario de 6,5 metros, el dispositivo examinará elementos en el espacio para determinar el pasado del cosmos, desde el interior de nuestro sistema solar hasta las galaxias observables más distantes del universo primitivo, reveló la NASA.
Su puesta en órbita acumula ya cinco años de retraso y es resultado de una asociación internacional con las agencias espaciales de Europa y Canadá.
El lanzamiento fue aplazado anteriormente por un incidente en la integración del Webb en el vehículo de lanzamiento, que causó una vibración en el observatorio y obligó a otras revisiones.
Con un financiamiento de 10 mil millones de dólares para un período de construcción de dos décadas, el lanzamiento y cinco años de operación en el espacio, es considerado el telescopio más grande enviado fuera de la Tierra y reemplazará al Hubble.
Este último fue diseñado para ser predominantemente sensible a la luz en las longitudes de onda óptica o visible, en otras palabras, es el mismo tipo de luz que detectamos con nuestros ojos.
Webb, por su parte, tiene la capacidad de detectar longitudes de onda más largas, las cuales, aunque invisibles para el ojo humano, están exactamente en el punto donde el brillo de los objetos más distantes del universo va a aparecer.
gas/nmr