Si bien el fenómeno genera alegría en la población, que podrá a partir de mañana despedir el 2021 con temperaturas inusuales en invierno de 15 a 17 grados centígrados, la comunidad científica lo mira con atención por sus consecuencias.
Los eventos extremos ligados al calor, tanto en invierno como en verano, crecen de manera generalizada en el mundo, salvo pequeñas excepciones, con desviaciones por el cambio climático de hasta dos grados que seguirán aumentado en frecuencia e intensidad al margen de las estaciones, opinó el meteorólogo y director del Instituto Pierre-Simon Laplace, Robert Vautard.
En declaraciones a la cadena Franceinfo, el coordinador de uno de los capítulos del reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático comentó que se trata de una perturbación con impacto por ejemplo en el desarrollo de la vegetación y los ecosistemas.
Unas temperaturas tan altas en invierno de manera generalizada y durante varios días representan una buena noticia a la hora de pagar la factura de electricidad, pero recordemos lo sucedido en el invierno de 2015 y la primavera de 2016, esta última lluviosa en extremo hasta afectar de manera significativa las cosechas, subrayó.
De acuerdo con Vautard, se esperan en los últimos días del año valores varios grados por encima de los normales, incluso cercanos a récords para la época, sobre todo en el sur, el suroccidente, el occidente y el centro de Francia.
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