El peligro para los humanos es real y muy preocupante, afirmó Lahal en declaraciones al diario The Times of Israel.
Hasta la fecha unas cinco mil grullas silvestres murieron en esta nación por la enfermedad, que obligó a las autoridades a sacrificar a más de 700 mil gallinas y decenas de miles de pavos.
La mayoría de las cepas no infectan a los humanos, aunque cuatro de ellas causaron preocupación: H5N1 desde 1997, H7N9 desde 2013, H5N6 desde 2014 y H5N8 desde 2016, precisó el rotativo.
Lahad estimó que ante la falta de conocimiento de esas infecciones la posibilidad de un salto a los humanos debe tomarse en serio.
Es muy poco probable que los humanos contraigan la gripe aviaria por comer pollos o huevos infectados, porque la influenza, como el coronavirus, ingresa al cuerpo a través del sistema respiratorio, subrayó.
Sin embargo, advirtió Lahad, “podría transmitirse a través del contacto con aves enfermas, no al tocarlas o comerlas, sino a través del mismo método que conocemos de la Covid-19, es decir, gotas que pasan al sistema respiratorio”.
La gripe puede continuar propagándose entre las aves y podría transmitirse a los humanos, coincidió el ornitólogo de la Universidad de Tel Aviv, el profesor Yossi Leshem.
La Autoridad de Parques y Naturaleza de Israel (INPA) estimó que el brote comenzó en una granja avícola cercana a la ciudad de Margaliot y de allí se propagó a la reserva de Hula, el principal punto de reunión de decenas de miles de aves silvestres que migran a través de Israel dos veces al año.
De forma regular, la INPA proporciona comida en esa zona a esas aves para mantenerlas alejadas de los cultivos de los agricultores.
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